Aprended a respetar el momento del nacimiento.
Momento frágil, movimiento sutil, tan imperceptible como el de despertar cada mañana.
Se está entre dos mundos, en el umbral...
Esperad, esperad, dejad al nacimiento su lentitud, su gravedad.
El niño se despierta por primera vez.
No lo turbéis mientras abandona su mundo de ensueño.
Mirad, acaba de tropezar con el borde de la cama ¡cuando todavía tiene un pie en el jardín de los sueños!
¡Ya está dando el salto al tiempo! ¡Ya abandona la eternidad!
¡El niño ha empezado a respirar!
(Frederic Leboyer, Por un nacimiento sin violencia)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada